Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://craigbgof492338.idblogz.com/38953411/el-cabezazo-de-zidane-causas-ocultas